Sobre la Crisis de las Humanidades Digitales
Quiero comenzar felicitando a los promotores de este blog, y junto a él de otros proyectos. Con esta humilde contribución espero unirme a la discusión, ofreciendo más dudas, tanto mías como ajenas, que conclusiones sobre las posibilidades de las Humanidades Digitales. Para hacerlo más ágil se ha articulado en epígrafes, que intentan abrir cuestiones más que cerrarlas.
1. La burbuja de las Humanidades Digitales
Mientras algunas disciplinas inician su ilusión por las posibilidades de las Humanidades Digitales, otras, y en otros círculos académicos extranjeros, hablan ya de crisis, burbuja o crueles optimismos. La nueva disciplina nació como fórmula para salvar las Humanidades de la falta de expectativas laborales. Así, algunos estudios se convertían en necesarios, aportando nuevos programas universitarios, afrontando nuevas contrataciones y obteniendo más fondos de investigación. El problema ha aparecido cuando años después aquellas expectativas no se están cumpliendo tan claramente. La mención de Humanidades Digitales no diferencia sustancialmente a un estudiante de otro de Humanidades.
Otros autores apuntan la crisis hacia puntos más profundos. Las nuevas metodologías digitales apuntan hacia análisis cuantitativos, más que los cualitativos más tradicionales. Algunos investigadores consideran que el carácter cuantitativo no puede ofrecer respuestas del interés de las resultantes de un análisis cualitativo. Es probable que estas reticencias se salven cuando los primeros resultados empiecen a salir a la luz. Pero también es cierto que desde 2009 se han hecho importantes esfuerzos en este sentido y las dudas empiezan a consolidarse.
2. Los resultados en NEH, FP7 y H2020
Un punto importante a tener en cuenta es el de la financiación de la investigación. Cabe destacar que los grandes programas internacionales: el NEH en EE.UU. y el FP7 primero y el Horizonte 2020 después en Europa han acogido con interés las propuestas digitales desde las Humanidades. Esto ha llevado incluso a que en no pocos casos sean los técnicos de otras disciplinas los que hayan dirigido estas iniciativas sin el recomendable encabezamiento humanístico. Al tratarse de programas bien financiados y de gran competitividad, sería previsible que hubieran servido para consolidar las posibilidades de las Humanidades Digitales. Por el contrario, no ha sido así hasta el momento. Aunque las referencias a programas, bases de datos, aplicaciones, son comunes en los proyectos, muchos de ellos ni siquiera cuentan con una web, por lo que el acceso a esas herramientas resulta complicado. Para no pocos detractores esta realidad es la muestra de lo que son las Humanidades Digitales, una bella promesa que lleva a crueles optimismos.
3. Las Humanidades Digitales vs Historia (del arte) digital(izada)
Las Humanidades Digitales llevan tiempo preguntándose por su propia definición. Del término general podría esperarse un lugar donde las “filologías”, las “historias” y las nuevas tecnologías se dieran la mano. Por el contrario, las primeras iniciaron el camino antes, y así pusieron sobre la mesa discusiones que no afectan en concreto a la actividad de los historiadores, pero sí a la valoración de las Humanidades Digitales. No hay que olvidar que el texto es una fuente para los historiadores, mientras que para los filólogos es mucho más. Quizás las perspectivas no sean tan similares, y quizás los historiadores tengamos mucho más que ganar además de la “extracción de textos”. Aún peor si se incluyen otras corrientes habituales en estas discusiones como son la edición digital, la educación virtual por citar dos de las más pujantes.
A estas dudas hay que unir las más recientes entre Historia del Arte Digital frente a Historia del Arte Digitalizado. Se ha escrito mucho sobre cómo archivar documentos digitales de obras artísticas, y de cómo esto serviría a la disciplina. Con esto, se ha hablado de acceso a las obras a través de copias digitales, sus ventajas, obstáculos e inconvenientes. Todo esto se viene considerando últimamente como Historia del Arte Digitalizado, ya que las herramientas usadas no ofrecen resultados, sino fuentes. Por otro lado, los arqueólogos y los arquitectos también han avanzado mucho en la generación de herramientas, desde el análisis químico hasta el tridimensional en múltiples facetas. También se ha discutido mucho sobre los procesos, pero afortunadamente se ha pasado de la visualización y de la obtención de datos, al esfuerzo por entender mejor la pieza. Por ejemplo, de un muro de un edificio no necesitamos saber el porcentaje de cal de la superficie, su nivel de estabilidad o sus capas constructivas, sino qué ofrecen esos datos para comprender mejor el desarrollo histórico del edificio.
4. Conclusiones
La Historia del Arte Digital, entendida como disciplina que aprovecha cualquier herramienta que pueda darle más información para resolver las dudas tradicionales y las que se planteen, tiene un largo y esperanzador futuro. A pesar de esto, las discusiones teóricas sobre su viabilidad cuando apenas tenemos experiencia en casos de éxito, puede mostrar un estado de crisis innecesario.
Pedro Luengo (Universidad de Sevilla)
Cita recomendada: Luengo, Pedro, «Sobre la crisis de las Humanidades Digitales», Dixit. Blog de ReArte.Dix (Red Internacional de Estudios Digitales sobre la Cultura Artística), 11 de abril de 2016, disponible en: https://dixit.iarthislab.eu/sobre-la-crisis-de-las-humanidades-digitales/
Este texto está bajo una licencia CC: «Reconocimiento-No comercial-Sin obra derivada 4.0 Internacional».
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